Nadie dijo nunca que fuera fácil ser una princesa
Pasó
la vista de sus ojos al resto del cuerpo y entonces suspiró. Se había jurado a
sí misma no volver a pensar en eso pero ahí de pie, frente al espejo no pudo
evitar sentirse otra vez así.
<<A
los dieciséis comenzó a mentir, salió de sus planes luchar por vivir…>>
Salió
rápidamente del baño al oír el móvil y al ver que era Diego quien la llamaba
colgó, pero al momento el móvil volvió a sonar, se limpió las lágrimas que
habían empezado a caerle en el baño y descolgó
-Diego,
hola
-Me
has colgado
-Si
lo siento, me acabo de levantar y no vi bien el número, pensé que era mini
furby
Hannah
intentó sonar muy convincente pero Diego supo que ella mentía, por la mala
excusa y por su tono de voz
-Hannah
cariño, ¿estás bien?
-Que
siii, ¿Qué querías?
-Ah
sí, a ver si venías a las pistas de skate esta mañana y luego vayamos juntos al
centro comercial a comer con estos.
-Claro,
nos vemos allí en media hora
Hannah
colgó y se apresuró a vestirse, de su armario cogió un pantalón que su hermana
le había dado hacía un par de años y que le quedaba muy bien pero no se lo daba
puesto, miró la talla y suspiró
-A
dónde voy yo con una 38…
Cogió
otro pantalón y se lo puso, luego una sudadera roja por encima de la camiseta,
ya que hoy hacía más frío que estos días de atrás y salió de casa.
A
mitad de camino Hannah se encuentra con Víctor.
-Hola
-¡Ey!
¿qué haces aquí?
-Nada,
iba a las pistas de skate y por aquí se llega antes ¿y tú?
-Yo
vivo por aquí
Están
un rato hablando y al poco, el móvil de Hannah empezó a sonar, Diego otra vez.
Hannah suspira y se despide de Víctor echando a correr mientras descuelga el
teléfono
-Ya
estoy llegando Diego, en cinco minutos
Llega
allí antes de los cinco minutos que le había dicho a Diego y allí lo ve con
Pablo
-Hola
¿y Claudia?
-Lo
han dejado, Hannah
Hannah
le mira sorprendida
-Pero…
¿cuándo?
-Hace
un rato, mientas te esperábamos
Hannah
le mira en silencio, ella siempre había pensando que Claudia y Pablo se querían
mucho y hacían una pareja perfecta y, por tanto, que lo hayan dejado le hace
muy raro.
Hannah
se sienta junto a él y le abraza, si algo bueno tenía ella era que aparte de
empatizar mucho con los demás, era muy cariñosa.
Pasan
allí la mañana, a la hora de comer su madre la llama y ella le dice que va a ir
a comer con los de siempre al centro comercial y su madre la deja.
Se
dirigen al centro comercial dónde están el resto del grupo, Hannah va corriendo
a abrazar a Gema y, por supuesto, a Marta mientras Pablo le cuenta a Víctor y a
Javi lo ocurrido con Claudia.
Van
todos juntos hacia la pizzería y cuando les sirven las pizzas a Hannah le
entran ganas de vomitar solo de verlas pero empieza a comer con el resto. Un
rato más tarde Hannah se levanta y Diego la mira
-¿Dónde
vas?
-Al
baño, no me encuentro muy bien
-¿Quieres
que te acompañe?
-No
Hannah
le sonríe y va al baño más cercano apresuradamente mientras Diego la sigue con
la mirada, preocupado.
En
el baño, Hannah se mira en el espejo y piensa en esa frase que últimamente
siempre le rondaba en la cabeza: Llega ese momento
en el que harías lo que fuera por cambiar la realidad, porque es cuando estás
sola en tu casa, te miras al espejo y lloras cuando nadie te ve y cuando llega
ese momento, sabes qué harías lo que fuera para cambiarlo.
Sin pensar en nada más, Hannah se mete corriendo en uno de
los baños y vomita todo lo que puede de lo que acaba de comer.
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