Reseña de Apostando para ganar.

Gracias a la editorial por el envío del ejemplar.

Jenna Riley ya no sabe cómo desvincularse de los deportes. Mientras sus hermanos Mick y Gavin son estrellas en sus respectivos equipos, a ella le toca ocuparse del negocio familiar… por mucho que le pese.

Así que cuando el jugador de hockey sobre hielo Tyler Anderson la invita a salir, ella lo rechaza. Por muy atraída que se sienta por él, ha jurado no enamorarse de ningún hombre que se gane la vida practicando un deporte, incluso aunque sea tan adorable como Ty.

Tyler se siente tan intrigado por la preciosa propietaria de Riley's, que se convierte en cliente habitual. A medida que la confianza y la pasión crecen entre ellos, y consciente de que Jenna quiere reorientar su vida, la insta a vivir cómo anhela.

Gracias a su apoyo, Jenna comienza a creer en sí misma, ahora solo tiene que averiguar qué desea en realidad, y comprobar si posee el valor suficiente para conseguirlo todo… incluyendo a Ty. 

Tras Cambiando el juego, donde podéis leer su reseña aquí, tenía muchas ganas de ponerme con este otro, que cuenta la historia de otro miembro de la familia Riley.

Jenna no quiere tener nada que ver con un deportista, quiere salir con un chico normal y corriente; sin embargo, no puede sacarse de la cabeza a Tyler y, el jugador de Hockey se siente muy atraído por ella, por lo que no cesará en su empeño de conseguir lo que quiere.

-Estás mintiendo. Está hecho un desastre.
-Tienes razón, me has sorprendido. El bar lo tienes impoluto.

El libro me ha gustado, la trama no es que sea lo más ágil que he leído del mundo, pero sí que se me ha hecho ameno.

Los personajes de este libro son los mismos que salen en Cambiando el juego y en La jugada perfecta, con la diferencia de que ahora conocemos mejor a Tyler Anderson, la gran estrella del jockey y por su parte, Jenna, me ha gustado conocerla más desde dentro, pues resulta ser una mujer con mucho carácter y algo de sentido del humor.

El romance de la historia también ha sido demasiado típico pero, aunque no he encontrado nada novedoso, la autora ha puesto algo que ha hecho que me gustara.

-Sal conmigo.
-¿Qué? No. Claro que no.
-No sería tan malo. Te lo prometo
-Prefiero que me hagan una gastroscopia.

La pluma de la autora me gusta bastante, es fresca y sencilla. Por lo que, a pesar de que a veces me han parecido algunas cosas aburridas y repetitivas, la gran mayoría del libro no ha sido así, sino que me enganchó desde el principio y he tardado muy poco en leerlo.

En definitiva, se trata de un libro con una historia de amor común y predecible, pero con unos protagonistas que me han caído muy bien y con los que he sufrido las vivencias de ambos.